✿❀Cuento Especial ❀✿

Amor Propio




Un día de trabajo en el bosque después de una gran tormenta, ella volvía a su casa muy cansada, cansada de la burocracia y de tener que estar de acuerdo con lo que la sociedad le imponía. Estaba harta de hacer siempre lo mismo, de preocuparse por los demás y nunca por si misma.
Siempre a la hora de irse a dormir una sensación extraña la invadía, hace tiempo ya que se sentía protegida cuando llegaba la noche y la oscuridad inundaba su habitación.
Una rara noche calurosa apareció alguien por la ventana mientras ella observaba la luna y pensaba《como quisiera ser la luna, libre, lejos de todo lo que imponen los demás》

 Entonces esta extraña figura interrumpió diciendo: 
-Hola, pequeña Tana, ¿sabés quién soy?-
Aún llena de susto y asombro, sentía conocerlo, aunque nunca lo había visto es su vida. Se quedó en silencio un momento y respondió: 
-Vos sos quien me cuida en las noches-.
-¡Me reconociste!- dijo él con alegría, no aguantaba más que no sepas quien soy y lo que está pasando-.
-¿Quién sos? ¿Qué está pasando? ¿Por qué apareces recién ahora y no antes?-
Él respondió con una sonrisa picarona -me llamo Morgan y esperaba que te des cuenta sola de lo que ocurre, pero vi que estas atrapada en tu cabeza y en este mundo, no podes ser libre.
-Yo soy libre- respondió ella frunciendo el ceño.
-No, no sos libre, en tu actuar nunca te pones en primer lugar-
-Es mi obligación, lo que corresponde- dijo algo molesta.
Él se paró, caminó lentamente, se sentó a su lado en la cama y le dijo:
-Yo te voy a enseñar lo que es la libertad- acto seguido, cae dormida.

Al día siguiente cuando abrió los ojos, no entendía si lo ocurrido esa noche había sido real o si sólo estaba en su cabeza pero no importaba, se sentía animada y  fue a su trabajo en el bosque. Mientras seguía su rutina seguía pensando en aquel gnomo que apareció en su ventana.



Otra jornada termina, regresa a su casa tarareando con el sonido de los pájaros. Lo esperó interminables noches y el no reapareció; aún así sentía esa protección, se sentía querida y comprendida al fin mientras todos los demás no podían ver lo que su alma en realidad era.
Tras meses de ausencia de ese pequeño amiguito, Tana comenzó a entender lo que es la libertad. Fue al bosque y comenzaron al juzgarla porque hora se comportaba diferente. Un día, harta, corrió, corrió, y corrió muy lejos, hasta el río que pasaba cerca de unas praderas. De repente vió una una pequeña silueta sin reconocerle la cara (pues esa noche en su ventana estaba muy oscuro), se sentía muy consternada. 
-¿Por qué llorás?, ¿Acaso no te dije lo que tenes que hacer para ser feliz?-.
-Es muy difícil, todo este mundo no me deja ser- respondió con la voz quebrada.
-¿El mundo no te deja ser? ¿O vos no queres ser lo que en realidad sos?.

Tana se queda pensando anonadada, contemplando la luna una vez más. Cuando bajó la mirada unos segundos después, él ya no estaba, Morgan era muy escurridizo. Ella volvió a su casa,  a la oscuridad para intentar dormir pero no lo consiguió.
Fue al bosque la mañana siguiente sintiéndose muy frustrada pues no conseguía ser libre y eso la estaba matando por dentro.
Esta vez no pasaron meses sino años sin ver al pequeño amiguito. Tana comenzó a pensar otra vez si tanta frustración no la había vuelto loca. Un buen día se llenó de mucho enojo, la ira se apoderó de su ser haciendo que no le importen los demás, empezó a ponerse en prioridad y todos la seguían juzgando. No parecía importarle puesto que su enojo duraba por momentos así que cuando llegaba a su casa donde nadie la veía, lloraba y gritaba desconsoladamente.

Hasta que al fin apareció él y una vez más le hizo aquella pregunta:
-¿Por qué lloras?-
Con cara de pánico lo mira... y dice: 
-Entonces... ¿sos real?
-¿Tenías dudas?-
-En todo este tiempo intenté ser libre pero sigue preocupándome la mirada opresora- 
-Entonces... por momentos te sentiste bien- afirmó él frunciendo el ceño.
Mientras secaba sus lágrimas respondió -en parte si-
-Estas empezando a hacer las cosas bien, no debes preocuparte por sus opiniones, por la opinión del ser ignorante. Ser feliz, trata de eso, de ponernos en primer lugar y hacer oídos sordos a la opinión de aquellos que están inmersos en ese mar de necesidad de aprobación impuesto por el sistema del bosque.-
-¿Cómo voy a vivir en el bosque, en mi trabajo? ¿Cómo podré pasar las lluvias, las tormentas, si no tengo con quién, quien me contenga, me abrace, me mime?-
Morgan la miró fijamente. 
-¿Acaso no estuve todo este tiempo cuidándote y dándote cariño?-
-Desapareciste mucho tiempo- dijo ella mirando el suelo.
-Lo más importante es que vos te ames, si lo haces, yo voy a volver todos los días y vamos a ser felices los dos, porque soy eso, tu amigo, el que te cuida y te mima. Yo soy... tu amor propio-.

Comentarios

  1. Hola!!
    Muy bueno el relato.
    Besos💋💋💋

    ResponderBorrar
  2. Hola! Me ha gustado mucho el relato, hay que tener amor propio para saber cómo amar a los demás y dónde está nuestro límite.
    Saludos ♥

    ResponderBorrar
  3. Me ha gustado mucho el relato!! Hay que quererse a uno mismo para querer a los demás, algo muy cierto 😊

    ResponderBorrar
  4. Hola. Me ha gustado bastante tu relato. Está increíble. El final, es magnífico.

    Un beso.

    ResponderBorrar
  5. Que importante es el amor propio, y es que como tu plasmas sin él no somos nada.
    Hay que tenerlo bien alto, para poder disfrutar de la vida, que sólo tenemos una.
    B7s

    ResponderBorrar
  6. Hola!!! Me encanta el relato de esta entrada. Sin duda un relato con un mensaje muy importante. Eres una genia ❤❤❤ un saludo ❤

    ResponderBorrar
  7. Hola. Un relato muy interesante y entretenido. Gracias por compartirlo. Un saludo. @las_novelas_de_naiara

    ResponderBorrar
  8. Gracias por compartir este relato! La verdad que echo de menos escribir y publicar mis cositas, puede que me anime también. ^^

    ResponderBorrar
  9. ¡Hola!
    Buen relato con una gran lección sobre la libertad.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Puede Interesarte:

El Programa - Suzanne Young

And Then You - Amanda Richardson

Entrevista a Cristian Carniello