Entrevista a Federico Simonovich

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RESEÑA DEL LIBRO

¿Cómo te presentarías?

Bueno, a la hora de presentarme creo que lo haría con mucho cuidado porque, tengo una tendencia natural a decir cualquier tipo de barbaridad o guarrada. A no ser que esté trabajando, e incluso trabajando. Diría escritor, pero es una presunción muy grande. Mmm… soy un tipo laburante.

Sobre tu libro: ¿a qué público va dirigido?

Va dirigido a cualquiera que tenga ganas de leer, no tiene un público meta. No sé si la gente escribe con un público meta, a lo mejor sí quienes escriban sagas juveniles o ciencia ficción, tienen un público en la cabeza, yo no. Nunca tengo como un plan, sobre todo cuando escribo cuentos. No hay un plan a lo que va dirigido, simplemente es: sentarse cuando uno tiene una idea y masacrar el teclado de la manera más brutal posible.

¿Cómo describirías tu escritura en 5 palabras? (FOTO)


"Cruda, Absurda, por momentos brutal, Sincera, Irresponsable"
(FOTO: Cortesía de Fede)

¿Qué es lo mejor y lo peor de tu libro?

Para mí, esto es terriblemente subjetivo, lo mejor que tiene es que es muy ecléctico. Está, aparentemente, desordenado el orden de los cuentos, pero una de las cosas que más tiempo me tomó fue, salvando las extravagantes distancias, ordenarlo de manera musical o sinfónica. Si uno le presta atención al orden, una vez que lo ha leído, está pensado para: subir, bajar, darte una palmadita en la espalda, un cachetazo, te deja pensando, te hace reír, te pone mal, te pone bien. Estoy muy contento con el cierre que tiene, la selección de palabras en el cuento final. En realidad el cuento termina con un fragmento del poema “Invictus”.

...no importa cuán estrecho sea el camino,
ni cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma...


¿Escribís a toda hora?

Escribo cuando puedo, cuando tengo momentos. Tengo un trabajo muy intenso en una época del año, sumamente demandante, con un montón de situaciones que requieren… prácticamente como si fuera la guardia de un hospital. Escribo siempre que puedo. Uso mucho el teléfono, antes escribía en libretas o cualquier cosa que pudiera agarrar y anotaba ideas o las cosas que sean y después las continuaba. En general, cuando tengo tiempo es a la noche. Llego, prendo la computadora y, después del día,  escribo, si es que hubo algo para escribir. Tampoco es que tenga la disciplina del escritor y escriba sí o sí y todos los días. Más porque de Noviembre a Marzo tengo muy poco tiempo libre. A la noche llego y me tiro en cama a dormir, por si en algún momento de la noche me llaman por mi laburo. Después, cuando termina mi temporada de trabajo, en Marzo, ahí si escribo regularmente, sobre todo los fines de semana a la noche. Soy una persona muy nocturna. De noche es cuando, más tranquilo estoy, más concentrado, y estoy acostumbrado a escribir de noche.

¿Por qué cuentos y no novela?

Porque es más fácil… Noooo. Tengo una novela y pienso terminarla este año, pero es mucho más complejo escribirla. Un cuento es mucho más fácil de empezar y terminar. Escribir un micro-cuento o un micro-relato, es casi tan complejo como escribir una novela, sobre todo cuando uno tiene ganas de juntar y hacer un libro de eso. El micro-cuento es muy difícil de lograr. El micro-relato no es poner una frase como: “Ya no me caes bien, deberíamos habernos separado”, no, eso es otra cosa. Un micro-relato es una historia y, tiene que tener exactamente la misma estructura, o lograr el mismo efecto, que un cuento. Es muy difícil de lograr y es todo un género que tiene grandísimos cultores. Acá en la argentina tenemos a Ana María Shua, es brillante. A cualquier persona que quiera escribirlos, le recomiendo que agarre cualquier libro de micro-relatos suyos, para leer y aprender un poco.



¿Cómo atraes a la inspiración?

No tengo una inspiración en concreto, tengo disparadores. La vida cotidiana tiene millones de disparadores que hacen que escribas o te salga alguna historia. Me gusta mucho ir a lugares chiquitos como cafés, observar la gente mientras tomas uno, o algo así, es muy interesante. Viajo mucho, por mi vida personal e incluso por mi trabajo. Incluso a muchos lugares fuera de la Argentina, te permite ver, contrastar, tratar de entender. También, he vivido en otros países, y eso te da un gran contraste de lo que ves. Observar, siempre es un gran disparador.

Es bueno tener un tipo de inspiración, yo no la tengo, Mis musas son absolutamente elusivas. Lo que sí es cierto, es que mientras más lees… más ideas tenés. No se puede escribir si no lees. Para mí, es brutal que una persona que escribe diga que no lee o que no tiene tiempo para leer, en realidad es al revés, uno tiene que tener tiempo para leer y de ahí seguir escribiendo. También, creo que escribir es un oficio que se perfecciona. Por eso no me gusta llamarme o considerarme un escritor, lo veo como un oficio verdaderamente. Y como a cualquier oficio, requiere sentar el culo en la silla y darle, "robarle momentos al día" como decía Bukowski que escribía en cualquier momento del día, independientemente de lo que uno haga, y de ahí sale la inspiración.

¿Cuáles son tus principales influencias?

A lo largo de muchos, muchos años escribiendo, he tenido muchísimas influencias. En realidad prefiero considerarlo como muchos, muchos años como lector. He pasado por etapas de Cortázar, mucho realismo mágico y después me fui inclinando más, hacia la literatura norteamericana, que me parece tienen de los mejores cuentistas que hay. Es un género que me gusta mucho en general. 

Me gusta mucho leer a Kurt Vonnegut, Philip Roth, Paul Auster, Truman Capote me parece brillante. Después hay muchos otros que no son tan conocidos, no son norteamericanos. Mi estilo tiene mucho de Quim Monzó porque me parece un tipo brillante. Me gustan mucho los cuentos de Raymond Carver. Charles Bukowski ni hablar, brillante. Me parece un modelo a seguir en un montón de aspectos, no en lo personal, el tipo era bastante desastroso, alcohólico y todo que uno se imagine, pero era un tipo brillante que entendió, todo lo que hacía falta para sacar de encima todo lo que uno lleva dentro, y poder escribir.

Me gusta mucho Roberto Bolaño, los cuentos y ni hablar las novelas, me parece genial en todos los sentidos. Hay que expandir la biblioteca y no quedarse leyendo siempre lo mismo. Hay que conocer autores nuevos y dejar un poco los clásicos, pero, también creo que si hay que visitar los clásicos. Hoy en día están muy “pasados de moda”, pero la gente no sabe que Scott Fitzgerald era un gran cuentista, Ernest Hemingway era excelente. Creo que hay que pegarles una visita, no ponerlos en un gran, gran altar, pero son grandes referencias y si conviene leerlos.

¿Alguna manía?

No tengo ninguna a la hora de escribir. No tengo ningún ritual. Prendo la computadora, me siento y le empiezo a dar hasta que se me duerman los dedos, como hago yo que suelo maltratar mucho los teclados. Soy conocido en mi laburo por eso. Todo el mundo sabe si estoy en la oficina, porque escuchan como le estoy dando a morir a los teclados. Eso es un vicio que nos ha quedado a los de cierta generación, tengo 47 años, de haber aprendido a escribir en Máquina de Escribir, y eso era torturar al teclado. Cuando nos pasamos a la computadora, esas cosas no se fueron nunca. Al teclado hay que maltratarlo. Si uno no lo maltrata, uno no está haciendo bien su trabajo.

Si pudieras co-escribir un libro con alguien más, ¿lo harías? ¿con quién? ¿por qué?

No co-escribiría, porque creo que escribir es algo muy personal. Co-escribir es acomodarte a un estilo muy personal, y eso se logra después de tener una relación muy profunda con alguien, que tiene que ser escritor, con quien podes compartir cosas. No tengo a nadie así, y tampoco es una idea que me agrade mucho. Hace poco, conocí a una persona con la que más o menos charlamos la idea, pero al final lo terminé descartando porque aparte cultivamos estilos muy diferentes.


¿Tenés algún tema tabú que te gustaría tocar a futuro en un libro? ¿y algún tema que no te gustaría escribir para nada?

No tengo ningún tema que considere tabú, o sobre lo que no se pueda hablar. He escrito sobre todo tipo de temas, sin importarme mucho si alguien se ofendía o se sentía mal. No soy de escribir para joder (molestar) a nadie, pero sí creo que escribir es un mecanismo de expresión, como cuando escribís una canción. No estás pensando “ay, se va a ofender este grupo”, sale. Hay temas que me resultan muy controversiales, con los cuáles tengo posturas muy tomadas. Uno de mis artistas favoritos es Ricky Gervais, un actor, escritor y director inglés, y es, como yo, ateo militante. Eso genera controversia. Tengo una postura muy marcada con la religión, pero la religión como un sistema organizado de creencias. Creo que la gente es espiritual por naturaleza, y la religión, en general, desvirtúa esa tendencia natural a creer en algo superior. Hay gente a la que admiro profundamente y es muy religiosa, puedo separar perfectamente a las personas de su religión.

De lo que no voy a escribir, es de mi trabajo. Soy guía de montaña, trabajo en el cerro Aconcagua, mi área actual es un trabajo muy complejo. He visto de todo. Ha pasado de todo en mi vida, y es un tema que difícilmente me den ganas de escribir.

Una de las personas con quienes trabajo, un amigo, es Todd Burleson, una de las grandes estrellas del montañismo mundial desde hace un montón de décadas. Una vez le pregunté, hace muchos años, si no le interesaría escribir un libro sobre sus experiencias, todo lo que había vivido, y me dijo que si hiciera eso, habría muchísima gente que saldría herida, ofendida y tendría que esperar a que se murieran todos para recién hacerlo y eso no iba a pasar. Salvando las enormes distancias con Todd, siento lo mismo. La montaña es para mí un placer, un trabajo, un escape, un refugio, un modo de vida, un modo de ver la vida, es absolutamente todo lo bueno que hay en mi vida, escribir sobre ella sería como manchar, mezclar dos cosas; una que me apasiona, con un santuario al que no quiero tocar.

Proyectos, ¿Tenés algunos a futuro?

Sí, siempre hay. Trabajé como guionista en alguna época, mucho de los diálogos en mis historias, tienen estructuras de guión; crudos y cortitos, no como los monólogos interminables de ciertos libros. Tengo ganas de convertir, un par de cuentos largos, en guión. Tengo una novela policial a la mitad, medio maltratada, que me encantaría hacerla guión. Sabe Dios cuando…

¿Tu aspiración más grande como escritor?

No espero convertirme en un best-seller, tengo más o menos seguro que no lo voy a ser, pero, me gusta la idea de escribir, expresar y dejar algo. La idea de la trascendencia me es muy importante. Los seres humanos somos algo muy finito y, ya sea cumbia, Beethoven, un libro o un poema, la trascendencia me parece muy valiosa. No tengo aspiraciones, escribir y publicar siempre que pueda.

¿Por qué escribís?

Porque si no escribo, me muero. Empecé a escribir siendo adolescente, para descargarme, para tratar de entender cosas que estaban pasando en mi vida, en el mundo, a mí alrededor, en mí mundo, y después ya no pude dejar de hacerlo. Lo veo como una forma muy buena de expresarme y sacarme de encima un montón de cosas que siento. Escribo para sobrevivir.

¿Hay algún consejo que te hayan dado y sea inolvidable? Para la escritura, obvio.

He tenido consejos de gente muy buena. Todos los consejos apuntaron siempre a lo mismo: no estés pensando en reconocimiento, en qué va a pensar la gente, sentate y escribí, lee y escribí. Lo que uno escribe no le va a gustar a todo el mundo y, uno no tiene que escribir para complacer. Eso es para mí, una verdad dogmática e irrefutable en mi credo de la escritura.

¿Y algún consejo que quisieras darle a un futuro escritor/a?

Para cualquier persona que quiera empezar a escribir, lo primero que le diría, es que lea. No se puede escribir sin leer. Otra cosa que le diría, no se conforme con el primer resultado. Escribir es un laburo terriblemente solitario de pulir. Vivimos en un mundo donde todo es una herramienta de distracción, entonces es muy difícil poner el culo en la silla y pegarle a las teclas. Requiere disciplina, concentración y tener muy claro el objetivo. Si uno quiere ser muy popular, tiene que dedicarse a otra cosa. Escribir requiere enamorarse de lo que uno hace, no necesariamente del resultado. Uno tiene que escribir porque lo tenés que hacer, porque te nace, porque no podes evitar hacerlo.

Una última que nada tiene que ver con la escritura o la lectura: si fueras un animal, ¿cuál serías y por qué?

Si fuera un animal, sería cualquiera que pueda moverse solo de manera independiente, que se lleve muy bien con la soledad, y que viva al aire libre. El primero en el que pienso es en el lobo, pero también en el puma. No dependen de nadie, se mueven tranquilos, no joden a nadie, me gusta eso. Creo mucho en la individualidad de las personas, en sus espacios, en sus tiempos.

Comentarios

  1. Todavía recuerdo cuando nos comentó en la clase de inglés que su libro había sido premiado en un concurso. 9 años han pasado pero ese tipo de profesores se los tiene pegados en la memoria.

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