Entrevista a Nora Z. Wilson

-¿Cómo te presentarías?

Simplemente Nora.

-Sobre tu libro: ¿a qué público va dirigido? ¿de qué trata? ¿es autoconclusivo? ¿por qué hacerlo novela?

Los frutos malditos es un libro autoconclusivo, dirigido a jóvenes y adolescentes, pero realmente creo que puede disfrutarlo todo el mundo
Cuenta la historia de Hervé Manath, un chico de 17 años hosco, introvertido y oscuro que esconde un secreto: necesita matar a otros para sobrevivir.

Vivió toda su vida intentando evitar los lazos afectivos, pero al llegar a una nueva escuela, el simpático Dante rompe sus barreras y se hacen amigos, y de su mano llega Helena, que pone su mundo patas para arriba. Pero todo se complica cuando alguien lo descubre, alguien que puede salvarlo o condenarlo para siempre.

Empecé a escribir lo que sería Los frutos malditos a los 17 años, y originalmente iba a ser un manga, que iba a dibujar una amiga de entonces. La amiga abandonó el proyecto y yo no, y entonces se convirtió en mi primera novela, a los 18. Pero sigue teniendo muchos rasgos del manga: los personajes ambivalentes y complejos, los malos que no son malos, los buenos que no son buenos, la oscuridad y la luz como complementos indisolubles de lo humano.

-¿Escribís a toda hora? ¿Tenés algún momento o lugar específicos donde te guste o puedas hacerlo? ¿Alguna manía mientras lo haces?

Mi manía siempre es el mate. En cuanto al horario, tomo apuntes a toda hora. A la madrugada, mientras viajo, en una reunión familiar, ¡en el cine! Pero para escribir, prefiero la noche. Siempre fui noctámbula. Aunque ahora me estoy adaptando al día por los tiempos de la maternidad.

-¿Tenés algún tipo de disparador, o 'Musa' que despierte tu imaginación?

No. Lo único que podría calificar como “musa” es la investigación. Cuando investigo las ideas surgen de a chorros o cascadas. Fuera de eso, no. Cualquier cosa puede dispararme una idea, en cualquier momento y después es mucho trabajo.

-¿Qué tan certera es, para vos, la premisa de "todo buen escritor es, a su vez, un buen lector"?

Parece una premisa lógica, pero hay algo que me quedó grabadísimo en la memoria cuando era chica. Un autor, creo que era gitano, no sabía leer y había publicado un libro. Lo había dictado a alguien y no recuerdo ni de qué trataba, pero recuerdo que había sido muy comentado que era una historia maravillosa. Ser “un buen lector” es un concepto muy amplio y muy arbitrario. Creo que lo que debe tener un buen escritor es valentía. Valentía para superar la mirada de los demás y dejar salir las historias que llenan su corazón. Todos tenemos el corazón lleno de historias. El escritor es el que tiene la suerte de poder plasmarlas sobre el papel.

-¿Cuáles son tus principales influencias? ¿Algún autor/a en particular? ¿Un poco de todo? ¿Nadie?

Elsa Bornemann, Deborah Smith, fueron grandes influencias en la construcción de los personajes y la relación con ellos desde la narrativa. Cortázar me abrió la cabeza a un universo infinito de posibilidades de juego, de no tomarse en serio a uno mismo, de versatilidad autoral. Anne Rice significó una relación sensual con lo oscuro, y CLAMP, un grupo de autoras de manga, me mostró cuán oscura y cuán sublime podía ser la naturaleza humana, cuán indefinible.

Jean Plaidy, Wilbur Smith y Noah Gordon me mostraron la maravilla de la ficción histórica desde lugares muy distintos: cómo jugar con los eventos y construir alrededor de ellos, cómo encontrar y explotar la magia de un período y cómo depositarte absolutamente en una época hasta el punto de sentir los aromas de un mercado.

De Walsh robé manejo de los tiempos narrativos y de Kartún lo complejo de los vínculos y lo descarnado de los sentimientos. Estoy segura de que le estoy fallando a más de cuatro autores por no estar en esta lista, pero algunas influencias uno ni siquiera las nota.

-¿Tenés algún tema tabú que te gustaría tocar a futuro en un libro? ¿y algún tema que no te gustaría escribir para nada?

Realmente no me propongo específicamente romper tabúes. No me considero una autora rupturista ni mucho menos, pero me va surgiendo hacerlo. Sí me gusta mucho cuestionar y por eso, ligado a la historia, siempre van apareciendo cosas. Tengo muchos cuestionamientos sobre temas femeninos, sobre temas sociales. Creo que estamos viviendo un momento en el cual la ruptura del tabú se puso de moda (y como toda moda es una versión superficial), con lo cual se instaura un nuevo status quo y nuevos tabúes. 

Entonces la nueva disrupción es cuestionar esa ruptura, cuestionar sus motivaciones, cuestionar sus maneras. Y eso también me gusta mucho hacerlo. Tiendo a identificar a quién no se puede cuestionar, y cuestionarlo, de puro ascendente en géminis. Y a raíz de eso, cuestionarme. Preguntar, preguntarme. Pregunto mucho más de lo que respondo.

Es la parte copada de la tortura de ser una libriana que siempre tiene que ver todo desde cien mil puntos de vista distintos. Eso me ha llevado a hablar de cosas que se ocultan: la soledad de las madres, por ejemplo, fue el tema de mi última obra. La menstruación, tengo casi un compromiso personal con visibilizarla. La mastubración, como parte natural de la vida de una adolescente. La vulnerabilidad, la vulnerabilidad como fuerza, el amor como fuerza: curiosamente vivimos en una época muy cínica en que el amor ha sido ridiculizado o reducido a forma sin contenido, grandes amores se muestran en las ficciones pero el amor verdadero, cotidiano, sincero es tomado con escepticismo. De eso también me interesa hablar.

Pero finalmente la última palabra la tendrán mis personajes y sus historias. No me gusta hacer que los personajes hablen por mí como si fueran Chirolitas. Yo tengo mi propia voz y ellos tienen las suyas, y muchas veces no coinciden con la mía.

-Si pudieras co-escribir un libro con alguien más, ¿lo harías? ¿con quién? ¿por qué?

He co-escrito guiones y estoy ahora co-escribiendo una obra de teatro. Pero ¿una novela? No lo creo

Veo la novela como un universo mágico y privado y no me imagino armarla con otra persona. No me niego a eso, pero tendría que ser alguien muy particular. Creo que escribir una novela es como criar un hijo: no lo compartís salvo que sea con alguien muy especial.

-¿Por qué publicar ahora? ¿por qué no antes o después?

Porque pude. Quiero publicar desde que tengo memoria. Cuando escribí la primera versión de la novela, ésta era muy inmadura y yo también. 

Cuando la reescribí ya fue con el objetivo firme de publicarla. Ya tenía confianza en mi escritura, tenía confianza en la historia, y lo único que no me generaba confianza era el mercado editorial argentino. Lo veía tan difícil, tan imposible. Tan pocos autores nacionales eran publicados. 

Y en la primera ronda, incluso recibiendo devolución positiva de una editorial enorme, no tuve suerte. 

Pero entonces descubrí DNX y mandé el primer material cruzando los dedos, deseando con el corazón que esta editorial sí me diera una oportunidad. Cuando recibí el mail pidiéndome el manuscrito, con un prometedor “quizás podría ser”… Sí, decía “quizás”. Y usaba el condicional. Pero de tres palabras, dos de las cuales ponían en duda la tercera, elegí quedarme con ésta. Y se me dio. Fue. Trabajar con esta editorial, llena de gente cálida y respetuosa, ha sido una experiencia maravillosa.

-Proyectos, ¿Tenés algunos a futuro?

Sí, ahora estoy trabajando en una trilogía de novelas sobre un grupo de magos, que arranca en el medioevo francés y termina en Argentina a mediados del siglo XX. Además de la co-escritura de una obra de teatro y en teoría el estreno de otra este año. Y miles de proyectos en el tintero, no puedo quedarme quieta.

-¿Cómo describirías tu libro en 3 palabras?

Ay, qué difícil. No son ésas las tres palabras.

Serían, quizás… Oscuro, esperanzador y atrapante. Sé que debería ser más modesta que esa última palabra pero creo que es atrapante (risa maléfica)

-¿Y tu modo de escritura en 5?

Disparador – Acopio – Escritura – Interminables correcciones

-¿Cuáles son los medios por los que se puede conseguir tu libro?

Actualmente puede conseguirse en las cadenas de librerías Yenny, Cúspide, Santa Fe, Cassasa y Lorenzo, Nadir y algunas otras librerías más pequeñas, en Mercado Libre, Tematika, Amazon, Booklet,

-¿Tu aspiración más grande como escritor?

Ser leída por todo el mundo y tocarles el alma, desde ya. Soy muy poco original.

-¿Por qué escribís?

Porque lo necesito para que me lata el corazón.

-¿Hay algún consejo que te hayan dado y sea inolvidable? En cuanto a escribir me refiero

Hay dos, probablemente. Y ambos vinieron del mismo maestro, Mauricio Kartún. El primero: 

Cuando se nota que personaje A le habla a personaje B para C (el lector), éste se da cuenta de su propia presencia y se rompe el encanto, la ilusión de estar espiando la historia, porque se la están contando. Es uno de los consejos que siempre doy yo también.

Y el otro fue cuando nos dijo, en una clase, que hacer un texto y no hacerlo interesante era como invitar a alguien a cenar a tu casa y tirarle el churrasco al piso, como si pensaras que lo que habías hecho era tan extremadamente bueno que no le debías la cortesía o el respeto de hacérselo atractivo.

Hacer interesante la narrativa es fundamental, sobre todo si lo que uno escribió es bueno: no queremos que el lector cierre el libro y se lo pierda, ¿no?

-¿Y algún consejo que quisieras darle a un futuro escritor/a?

Los dos de la pregunta anterior, para empezar. Y que no se rindan. Cuando alguien les diga “esto es malo”, sin importar con qué intención lo digan, lo que hay que interpretar es “esto es lo que tenés que mejorar”. Porque hasta las patadas en el culo te empujan para adelante. Nunca dejen de mejorar, de aprender y de practicar. Y nunca se crean demasiado buenos. Nada es tan criminalmente enemigo del arte como la soberbia. Ser honestos, no quedarse en las formas. No es necesario ser autobiográfico para ser honesto, siempre pueden disfrazarse de ficción esas grandes verdades que nuestra alma necesita gritar.

-Y una última que nada tiene que ver con la escritura o la lectura: si fueras un animal, ¿cuál serías y por qué?

Siento que casi toda mi vida habría respondido algún tipo de pájaro. Hoy en día, creo que elegiría un caballo. El caballo es fuerte y vigoroso, pero noble y protector. Es dulce y servicial, pero también es firme y determinado. Sabe quedarse, sabe hacer hogar y familia, pero también galopa como el viento. Y en comunidad es libre, y sabio. Quizás en todas sus dualidades radique su sabiduría.

Comentarios

Puede Interesarte:

El Programa - Suzanne Young

El Asesino Indeleble - Marcos Nieto Pallarés

↭ ✾ Especiales: Top 10 Películas Favoritas ✾ ↭